La dificultad estaba, en que como podeis observar, tienen muchos vacíos, y a la hora de preparar el negativo de cada pieza para su posterior hormigonado había que tenerlo todo muy bien pensado.
Dichos vacíos son volúmenes del propio material que constituye el encofrado, en este caso madera de balsa, a modo de tacos donde no rellene el hormigon.
Otra cosa a tener en cuenta cuando se trabaja con este material es que las piezas antes de verter la masa hay que atarlas o sujetarlas con algo ya que el hormigón, incluso a esta pequeña escala, "empuja" y tiende a reventar el encofrado.
Respecto al hormigón, más bien mortero...siempre requiero a la misma solución ya que da un acabado muy fino: arena de playa criabada, cemento blanco y agua, las proporciones 3-1 y de agua siempre la mitad que de cemento. Evidentemente para estas piezas hay que conseguir una consistencia muy fluida por lo que se añade más agua y como consecuencia más cemento, la proporción final es secreto del artista.
Ricky.
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