La verdad es que es la entrada que jamás querrías escribir,
pero que llega un momento que la necesitas para desahogarte y evitar un
enfrentamiento.
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El Gran Dictador. |
Llega un momento es que tienes que contenerte para no perder
las formas como ciertos individuos hacen.
Os cuento…
Resulta que hay un cliente a que estoy haciendo un tema de
una licencia para un restaurante de bastantes metros y en una ubicación destacada.
El caso es que el tema lleva tiempo por los motivos que sean, ya estamos en los
últimos pasos. Hace unas semanas hubo visita del AGLA que hizo un requerimiento
con varios puntos a subsanar, puntos que el cliente se ha empeñado en no
arreglar, y para completar su proeza pincha para que solicitemos otra visita y
obtener su licencia.
A esto se le ha contestado que NO, que cuando resuelva el
tema se pide visita, que para que vaya el técnico del AGLA a sacarnos los
colores no nos prestamos.
El caso es que debe ser que su subjetivo baremo de paciencia
ha llegado a su límite y como su valentía radica en no coger el teléfono, sino
comunicarse vía guasap (si, lo escribo así), el sábado a las 21.30h estuvo
escribiendo y profiriendo las siguientes lindezas:
- cliente: qué pasa con el tema de la visita? La has pedido?
- técnico: no, porque te he estado llamando y no hemos
hablado ni me has contestado.
- c: yo cojo el teléfono y respondo los mensajes cuando me
sale de los cojones.
- t: (tragas saliva) ya, pero me tienes que confirmar que
subsanan las deficiencias para poder solicitar visita de nuevo.
- c: NO TE CONFUNDAS, yo he pagado y se hace lo que yo diga,
así que cuidadito...
- t: (aprietas fuerte los dientes) pagaste la provisión de
fondos, el último pago era a la entrega de la documentación y no lo he recibido
aún.
…etc…
¿Esto es necesario? ¿En serio tengo que soportar estas
lindezas y si, amenazas, de un tipo que al contratar un servicio ya se cree en
posesión de mi trabajo y casi mi alma?
A mí siempre me han enseñado que cuando una persona en
cualquiera que sea el contexto o la conversación, llega al insulto o a las
amenazas, pierde completamente la posesión de la razón y los argumentos. Lo que
pasa es que a este colectivo de gente jamás le podrás hacer entrar en razón y
menos hacerle ver su error.
El caso es que llegado este punto en la relación pienso que
no hay marcha atrás. En este trabajo es fundamental que el cliente confíe en el
técnico, que al final es el que entiende del tema; lo que no es de recibo es
pretender “ser juez y parte”, y estar continuamente poniendo en duda los pasos
que se dan para conseguir lo que se ha pactado.
Quizá a esta entrada “en crisis” del cliente se le suma el
tema de los tiempos y los plazos.
Yo siempre que recibo un encargo cuento la misma historia:
yo respondo por mis plazos, me comprometo a tener el trabajo terminado o
presentado para una determinada fecha, pero una vez pasa a manos de la
administración yo pierdo completamente el control sobre los tiempos, de hecho
haciendo memoria tengo expedientes abiertos desde hace un año cuando se supone
que la normativa dice que se debe dar respuesta en 3 meses en algunos casos.
El problema es que al final el técnico es quien está en
medio y quien responde ante el cliente por los retrasos de las tramitaciones.
En resumen.
¿Qué postura adoptar ante esta situación?
Pues creo que en este caso es el cliente el que tiene más
que perder, ¿por qué?, cierto es que se puede empecinar (y de hecho lo auguro)
y decir que no paga lo que me debe, pero el caso que renunciando el técnico a continuar
con las acciones, el cliente se verá obligado a coger otro técnico, y éste no
creo que le continúe con el trabajo, al contrario, seguramente iniciará de
nuevo el trabajo y como es lógico cobrará unos honorarios completos por ello.
Por lo que a pagar de nuevo.
Ricky.
El problema es el de casi siempre, alguien habrá que haga lo que pida el otro. Y si no tiempo al tiempo.
ResponderEliminarDa gracias que no eres empleado suyo.
ResponderEliminarSujeto típico para el programa del Chicote.
Gracias por responder.
EliminarPues si, pero al final la relación es la misma...a tu jefe no le puedes poner a caldo, pero al cliente tampoco, o si, depende de si quieres conservarlo...pero de cualquier forma tampoco hay que rebajarse a su nivel.
Un saludo.