¿Existen realmente regalos baratos para arquitectos?
La respuesta a esa pregunta es un sí rotundo. Los regalos para arquitectos tienen que ser insólitos, únicos, como lo somos todos nosotros. Pero eso no quiere decir que no sean prácticos, ni baratos ni difíciles de encontrar.
El hecho de que a los arquitectos nos encanten los objetos insólitos nos viene de nuestro período como estudiantes. Había que destacar por la rareza de nuestros proyectos, por la innovación, por la adaptación y por ser los más vistosos. Quizá no era la mejor solución, ni la más económica, ni la más funcional, pero ¡qué pinta tenía en el papel!.
Aún recuerdo como un profesor dejó de dirigir la palabra a un amigo porque en su primer proyecto había puesto una barbacoa, una pista de tenis y una piscina. Que tiempos. Claramente aprendimos la lección, había que ser distintos en cada cosa que hiciéramos.
Por supuesto eso tuvo repercusión inmediata en nuestras personalidades, en nuestros hábitos y en nuestras aficiones... y en nuestros regalos.